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La Paciencia: Cantes de ida y vuelta, un artefacto sublime

“El diáfano efecto final que logran ambos artistas con esta edición consiste de una suerte de descontextualización del tiempo en la cual la vivencia es volcada hacia lo eterno”

Cantes de ida y vuelta es un libro sublime. En efecto, este artefacto más cercano al libro objeto que a cualquier otra propuesta, es una elaboración extraordinariamente refinada y que responde a una concepción total y orgánica. En esta elegante edición confluyen el trabajo lírico de Ana Osuna Trillo y la propuesta fotográfica de Alexis Pérez-Luna. La rítmica que se desarrolla a lo largo del trabajo resulta extremadamente sobria, efecto que es acentuado por el uso de la fotografía en blanco y negro, aunado a una poesía con ciertos tonos minimalistas.

La totalidad de esta obra está referida primordialmente a lo vivencial, de modo que las almas de estos creadores, así como sus formas de expresión artísticas se entrelazan y fluyen con gran exuberancia. Hay, en este caso, un trabajo en el que las analogías y reciprocidades son intensas. El tono predominante a lo largo de la edición es cálido, de manera que ante el abrasador silencio que brota de palabras e imágenes surgen una serie de instantes que han quedado detenidos en el tiempo, evidencia misma de la vida de estos dos artistas.

Desde que comencé a fluir en este viaje que es Cantes de ida y vuelta pude notar una gran depuración al igual que una circularidad que es metáfora misma de la vida, representación última del libro en su totalidad. Una multiplicidad de tópicos aparece en este trabajo; la infancia, la juventud, el amor, la muerte y la propia temporalidad, entre otros. La modalidad representativa de la muerte, por ejemplo, reviste una máxima dimensión del realismo en el sentido de que es representada de modo estereoscópico, aludiendo con total claridad la simultaneidad de eventos que se dan en los pasajes inefables e insólitos del devenir. Y es que justo en esa dimensión trascendente de la vida es donde está la quintaesencia de esta propuesta. Este es un libro donde confluyen poesía, imagen y vivencia.

El diáfano efecto final que logran ambos artistas con esta edición consiste de una suerte de descontextualización del tiempo en la cual la vivencia es volcada hacia lo eterno. La perspectiva en este caso yace alejada del teatrum mundi e impregnado de un cierto matiz melancólico. Hay, asimismo, ciertas huellas del misticismo del Lejano Oriente, en este caso del minimalismo zen, como se observa por ejemplo en el poema, El árbol solo:

“No me pidas más sombra,
doy la que puedo.
Me plantaron aquí,
solo, sin compañeros.
Qué más quisiera
estar cerca de mil árboles
¡De un bosque entero!
Tener amigos
para darnos las ramas,
darnos abrigo y
por las noches,
con nuestras hojas,
darnos cobijo”

De igual forma, aspectos de los instantes singulares de la vida, como la juventud y su profundo tono lírico están muy bien planteados. Además, los amores tempranos y su carácter salvaje, así como de descubrimiento de lo nuevo aparecen en la edición.

El abordaje de la fotografía se da desde una multiplicidad de estilos, que van desde lo más estrictamente figurativo, hasta composiciones minimalistas con ciertos matices abstractos, donde la frialdad de los planos evoca ese carácter lejano del mundo que se transforma, del paso del tiempo a secas. Justo es el paso del tiempo uno de los temas sustanciales aquí; la metamorfosis de los artistas y del mundo circundante en la medida en que las circunstancias y el paisaje per se devienen para hacerse memoria.

El tratamiento del detalle de la imagen es excelso. Así, por ejemplo, la fotografía que acompañan al texto titulado Te espero aquí, sentada en este banco de desecho… posee una multiplicidad de texturas que en sí constituyen una poética y donde la rítmica imaginaria forma parte de una intencionalidad excepcionalmente depurada. Igualmente la representación de los cielos en el trabajo fotográfico alude a un mundo inmaculado donde la impronta de lo sagrado está patente.

Asistimos con este trabajo de Alexis Pérez-Luna y Ana Osuna Trillo a un momento privilegiado en la confluencia de la poesía y la imagen; a la hechura de un artefacto de gran depuración formal.

Jose Antonio Parra